Curso nuevo… cartel nuevo

Cuando he comenzado curso en cualquiera de mis trabajos, siempre he creado un nuevo cartel para dar la bienvenida a «mis» chicos y chicas.

Para comenzar este curso 2015/2016 en «Madrugadores», que menos que preparar uno con el que sentirse identificados… los buhos. Salen por las noches y cuando vamos al colegio, seguro que tenemos alguno observándonos y viendo nuestros pasos.

Además, ellos completaron este cartel con unos globos con nuestros nombres, contribución que mejoraron mucho la decoración del comienzo del curso.

Este mismo cartel lo utilicé en mi nuevo trabajo, también para dar la bienvenida a todos los pequeños que comenzaban en Carameluchis.

Ahora mismo… preparando el siguiente cartel del próximo curso. ¿Alguna idea?

 

Nuestra mascota… «Carameluchis»

En octubre me dieron la oportunidad de trabajar en un lugar muy especial, soñado desde hacia mucho tiempo por mí, una guardería, con niños y niñas desde bebés hasta los tres años. «Carameluchis» se llama, y como no… nosotros también tenemos una mascota muy especial.

Todos los días nos recibe y todos los días nos despide, y día tras día, va viendo como van cambiando nuestros peques.

Regalo fin de curso en patinaje.

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Curso 2014/2015 de patinaje fue finalizado con una gran fiesta-gymkana y una sorpresa por mi parte hacia «mis» niños y niñas que tanto me dan.

Este año les creé un llavero personalizado para cada uno, para que lo lleven en sus mochilas, en sus llaves… y recuerden quien se lo regaló.

Ellos me han dado mucho durante este curso: alegrías, muchas risas, aventuras, sustos, consuelos…. yo les hago entrega de un trocito de mi en cada uno de los llaveros.

Tendré que pensar el siguiente detalle que demuestre mi agradecimiento.

¡Cumpleaños feliz!

En todos los comienzos de curso, «Madrugadores» tiene su propia celebración de cumpleaños. Además de cantar el cumpleaños feliz y soplar las velas, tenemos unos complementos que nos hacen distinguirnos del resto de días y de compañeros.

Nuestro cumpleaños no es un día cualquiera, hacemos un año más, y nos gusta que los demás compartan este día.

Este curso pasado no he estado con ellos de manera física, pero mi espíritu si que les ha acompañado en este día tan especial para ellos.

Antes de comenzar en mi nuevo trabajo, les dejé preparados tanto las tarjetas como unas coronas para celebrar su cumpleaños por todo lo alto, y que no se olvidasen de mí.

Mi nueva compañera descubrió lo que hago en mi tiempo libre, y quiso regalarle una corona para su peque de la casa en el día de cumpleaños, así que elegí su color favorito en varias tonalidades y manos a la obra. Así quedó esta corona de cumpleaños personalizada.

Ya estoy pensando en las próximas coronas que tengo que realizar. Será una bonita sorpresa para todos. La cabeza ya está dando mil vueltas… ¿Cómo serán?

Las «A» cumplen 50 años.

Son una pareja muy bien avenida: ella, Alicia, y él, Adolfo.

Ella, Alicia, se  dedica a la educación, es profesora de latín y griego en un instituto. Todos los días enseña con una gran sonrisa a sus alumnos y alumnas, todas las declinaciones latinas y las letras griegas. Su paciencia y su alegría demuestra su pasión por su profesión.

En cambio, Adolfo se dedica a la psicología, tratando con simpatía a todos sus pacientes, aquellos que acuden en busca de su ayuda para poder ver la vida y enfrentarse a los problemas de una manera mucho más fácil.

El pasado verano, 2015, ambos cumplían 50 años. Tan solo unos días los diferencian. Sandra, su hermana y cuñada, quiso hacerles un regalo muy especial y muy personal. Algo diferente que nadie pudiese hacerles. Así que ella me comentó lo que quería y yo puse manos a la obra y… ¡Aquí tenemos a los dos cumpleañeros!

 

Pedro, el padre-albañil

«Pedro es un albañil jubilado, aunque en sus ratos libres no le falta tiempo para dar cualquier consejo a quien se lo pida.

Todo el tiempo libre que tiene lo ocupa a su huerto, el cual está instalado en el jardín de su casa: zanahorias, lechugas, tomates, y árboles frutales son muchos de los productos que obtiene en su labrada tierra.

Entre riego y siembra siempre se entretiene creando alguna «pared» o «palomar» con todos los trozos de madera, igual que si estuviese construyendo con ladrillo y cemento, todo colocado en su lugar.

Esta claro que la profesión va por dentro.»

Esto fue escrito hace algo más de dos años, antes de que se marchase. Pero nos ha dejado un gran legado, y un hueco difícil de llenar, pero todos los recuerdos que tenemos nos provoca grandes carcajadas y disfrutar, una vez más, de todas y cada una de las aventuras que ha vivido.

Espero que a mis cuñados, sobrinos, suegra, y por supuesto, mi marido, les gusté mi comentario hecho con muchísimo cariño.